lunes, 22 de octubre de 2018

Cultivos resistentes a sequia - Estudio argentino abre caminos


Los doctores Norberto Iusem (izq.), Martiniano Ricardi, Diana Wetzler y Julio Caramelo

Científicos del CONICET, de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, y de otros centros de investigación describieron cambios conformacionales que le permiten a una proteína de las plantas desplegar una serie de respuestas para sobrevivir a la escasez de agua.

Además, desarrollaron un sensor para medir los cambios estructurales de esa molécula.

Un trabajo de investigadores argentinos aportará claves para el desarrollo futuro de cultivos productivos en suelos afectados por la sequía.

Estudios previos habían establecido que una proteína, llamada ASR1, tiene principalmente dos funciones importantes en la respuesta de las plantas frente a la sequía: estimular la expresión de genes de respuesta ante la falta de agua, por ejemplo, proteínas transportadoras de agua (conocidas como acuaporinas) y enzimas de remodelación de la pared celular; y por otro lado,  actuar como “chaperona” o “supervisora” directa de otras proteínas para protegerlas de la pérdida de estructura o desplegado que ocurre cuando las células pierden agua.

Ahora investigadores del CONICET y de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (FCEN) de la UBA aislaron la proteína ASR1 de plantas de tomate y la estudiaron in-vitro y dentro de bacterias.

No solo describieron algunos cambios conformacionales de ASR1, sino que además desarrollaron un sensor para estudiar la dinámica de esa molécula.

“En un futuro introduciremos el sensor directamente en plantas de tomate, tabaco o papa ya que las mismas se encuentran muy cercanas filogenéticamente (son todas de la familia de las solanáceas)”, explicó a la Agencia CyTA-Leloir, el director del estudio, el doctor Martiniano Ricardi, investigador del Departamento de Fisiología y Biología Molecular y Celular (FBMC) de la FCEN y del Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias (IFIBYNE), que depende del CONICET y de la UBA.

Y agregó: “Nuestro trabajo abre camino para algunas aplicaciones biotecnológicas”.

Según el paradigma clásico, las proteínas tienen una estructura definida que determina su función.

“Sin embargo, desde hace ya más de una década esta noción está cambiando.

Las proteínas desordenadas o nativamente desplegadas, como ASR1, carecen de una estructura estable y sin embargo cumplen múltiples y muy importantes funciones. Pueden tener diferentes estructuras y funciones según las condiciones”, afirmó Ricardi.

Tal como revela la revista “PLoS ONE”, los estudios in-vitro y en bacterias realizados por los autores del estudio permitieron comprobar que ASR1 depende del zinc para adquirir la estructura de alfa hélice, una conformación esencial para activar un conjunto de genes asociados a la respuesta al estrés hídrico.

En cambio, la función de “chaperona” no requiere del mineral ni de adoptar esa forma.

Los autores del estudio también diseñaron un sensor, basado en un principio físico llamado FRET, que posibilita detectar la estructuración o plegado de ASR1 in vivo.

“Mediante una medición relativamente sencilla, podríamos estimar el nivel de estrés hídrico de las plantas”, destacó Ricardi.

El estudio argentino es uno de los pocos que intenta seguir el plegado de una proteína in vivo.

La caracterización biofísica y estructural de la proteína estuvo a cargo de los laboratorios de los doctores Diana Wetzler (primera autora del estudio), del Instituto de Química Biológica de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (IQUIBICEN, CONICET-UBA), Norberto Iusem, del FBMC y del IFIBYNE, y Julio Caramelo, investigador del CONICET en la Fundación Instituto Leloir (FIL).

“Esta información abre la posibilidad de mejorar la respuesta de los cultivos a condiciones de estrés través del control de la producción de esta proteína”, afirmaron los científicos.

Del estudio también participaron Hernan Bucci, del IQUIBICEN, CONICET-UBA; Federico Fuchs Wightman (también primer autor), del IFIBYNE; y Jimena Rinaldi, del CONICET y de la FIL.

Agencia CyTA-Fundación Leloir
agenciacyta.org.ar



Harina refinada a partir del sorgo - Cientificos optimizan proceso para producirla


Las doctoras Silvina Drago y María Gimena Galán, investigadoras del CONICET en el Instituto de Tecnología de Alimentos, que depende de la Facultad de Ingeniería Química de la Universidad Nacional del Litoral.

Tradicionalmente usado en la Argentina como alimento para ganado, el cereal podría ser empleado para producir galletas, pastas, salchichas y otros productos aptos para celíacos.

En Argentina, el sorgo granífero se usa principalmente para engordar el ganado.

Sin embargo, tiene propiedades que lo podrían volver atractivo como alimento para humanos, según creen científicos del CONICET y de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), en Santa Fe, quienes optimizaron un proceso para producir harina refinada precocida a partir de ese cereal.

Esta harina es rica en antioxidantes, apta para celíacos (no contiene gluten) y “puede ser ingrediente de productos tales como galletas, tortas, pastas, snacks, salchichas, sopas, salsas, alimentos infantiles y espesantes”, sostuvo la doctora Silvina Drago, investigadora del CONICET en el Instituto de Tecnología de Alimentos (ITA), que depende de la Facultad de Ingeniería Química de la UNL.

Uno de los desafíos de procesar el sorgo en escala industrial es que se requiere descascarar los granos antes de la molienda, para lo que se usan métodos abrasivos que afectan el rendimiento.


El sorgo podría ser usado para producir galletas, pastas, salchichas 
y otros productos aptos para celíacos.

Ahora, en un artículo publicado en la revista “Food Science and Technology International”, Drago y la doctora María Gimena Galán, investigadora del CONICET en el ITA, ensayaron una modificación del procedimiento que incluye la “parbolización” previa de los granos: una técnica que consiste en sumergirlos a alta temperatura en tanques de agua.

“El parbolizado de los granos de sorgo puede reducir significativamente la rotura del grano durante el descascarado, aumentar el rendimiento de la harina obtenida y reducir las pérdidas de algunos micronutrientes como los minerales, de manera semejante a lo que ocurre con el arroz”, destacó Drago.

“Con esta herramienta, la producción de harinas de sorgo se vuelve más interesante para las industrias”, enfatizó Drago.

Y agregó: “Nuestro desarrollo ya puede ser trasferido al sector productivo”.

Agencia CyTA-Fundación Leloir
agenciacyta.org.ar


domingo, 21 de octubre de 2018

Premio Nobel de Química 2018


Frances H. Arnold, George P. Smith and Sir Gregory P. Winter 
Ill. Niklas Elmehed. © Nobel Media

El Premio Nobel de Química 2018 se dividió, una mitad otorgada a Frances H. Arnold "por la evolución dirigida de las enzimas", la otra mitad conjuntamente a George P. Smith y Sir Gregory P. Winter "por la presentación de fagos de péptidos y anticuerpos . "


El Premio Nobel de Química 2018

Inglés (pdf)

La Real Academia Sueca de Ciencias ha decidido otorgar el Premio Nobel de Química 2018

con una mitad para

Frances H. Arnold
Instituto de Tecnología de California, Pasadena, EE.UU.

“Por la evolución dirigida de las enzimas”.



y la otra mitad conjuntamente para

George P. Smith
Universidad de Missouri, Columbia, EE.UU.

Sir Gregory P. Winter
MRC Laboratorio de Biología Molecular, Cambridge, Reino Unido

"Para la presentación de fagos de péptidos y anticuerpos"

Ellos aprovecharon el poder de la evolución.

El poder de la evolución se revela a través de la diversidad de la vida.

Los Premios Nobel de Química de 2018 han tomado el control de la evolución y lo han utilizado con fines que brindan el mayor beneficio a la humanidad.

Las enzimas producidas a través de la evolución dirigida se utilizan para fabricar todo, desde biocombustibles hasta productos farmacéuticos.

Los anticuerpos que evolucionaron utilizando un método llamado visualización de fagos pueden combatir las enfermedades autoinmunes y, en algunos casos, curar el cáncer metastásico.

Desde que surgieron las primeras semillas de la vida hace unos 3.700 millones de años, casi todas las grietas de la Tierra se han llenado de diferentes organismos.

La vida se ha extendido a aguas termales, océanos profundos y desiertos secos, todo porque la evolución ha resuelto una serie de problemas químicos.

Las herramientas químicas de la vida, las proteínas, se han optimizado, cambiado y renovado, creando una diversidad increíble.

Los Premios Nobel de Química de este año se inspiraron en el poder de la evolución y utilizaron los mismos principios, el cambio genético y la selección, para desarrollar proteínas que resuelvan los problemas químicos de la humanidad.

La mitad del Premio Nobel de Química de este año se otorga a Frances H. Arnold.

En 1993, realizó la primera evolución dirigida de enzimas, que son proteínas que catalizan reacciones químicas.

Desde entonces, ha refinado los métodos que ahora se utilizan habitualmente para desarrollar nuevos catalizadores.

Los usos de las enzimas de Frances Arnold incluyen una fabricación más respetuosa con el medio ambiente de sustancias químicas, como productos farmacéuticos, y la producción de combustibles renovables para un sector de transporte más ecológico.

La otra mitad del Premio Nobel de Química de este año es compartida por George P. Smith y Sir Gregory P. Winter.

En 1985, George Smith desarrolló un elegante método conocido como visualización de fagos, en el que se puede usar un bacteriófago, un virus que infecta las bacterias, para desarrollar nuevas proteínas.

Gregory Winter utilizó la visualización de fagos para la evolución dirigida de los anticuerpos, con el objetivo de producir nuevos productos farmacéuticos.

El primero basado en este método, el adalimumab, fue aprobado en 2002 y se utiliza para la artritis reumatoide, la psoriasis y las enfermedades inflamatorias del intestino.

Desde entonces, la presentación de fagos ha producido anticuerpos que pueden neutralizar las toxinas, contrarrestar las enfermedades autoinmunes y curar el cáncer metastásico.

Estamos en los primeros días de la revolución de la evolución dirigida que, de muchas maneras diferentes, está trayendo y traerá el mayor beneficio para la humanidad.



Los Premios Nobel de Química 2018 han aprovechado la evolución 
y la han avanzado aún más en sus laboratorios. 
Ilustración: Johan Jarnestad

Lea más sobre el premio de este año.

Información popular

Antecedentes científicos

Frances H. Arnold, nacido en 1956 en Pittsburgh, EE. UU. Doctor en Filosofía. 1985, Universidad de California, Berkeley, EE. UU. Linus Pauling Profesor de Ingeniería Química, Bioingeniería y Bioquímica, Instituto de Tecnología de California, Pasadena, EE. UU.
http://fhalab.caltech.edu

George P. Smith, nacido en 1941 en Norwalk, EE. UU. Doctor en Filosofía. 1970, Universidad de Harvard, Cambridge, USA. Profesor emérito distinguido de Ciencias Biológicas, curadores de la Universidad de Missouri, Columbia, EE. UU.
http://biology.missouri.edu/people/?person=94

Sir Gregory P. Winter, nacido en 1951 en Leicester, Reino Unido. Doctor en Filosofía. 1976. Universidad de Cambridge, Reino Unido. Investigador Líder Emérito, MRC Laboratory of Molecular Biology, Cambridge, Reino Unido.
www2.mrc-lmb.cam.ac.uk/group-leaders/emeritus/greg-winter/

Monto del premio: 9 millones de coronas suecas, con una mitad para Frances Arnold y la otra mitad para compartir entre George Smith y Gregory Winter.

nobelprize.org


domingo, 1 de julio de 2018

IA - Terapia del cáncer y Jardines Químicos Dirigidos a la Estación Espacial


Un nuevo lote de ciencia se dirige a la Estación Espacial Internacional a bordo del SpaceX Dragon en la 15ª misión de la empresa para los servicios de reabastecimiento comercial.

La nave proporcionará ciencia que estudia el uso de la inteligencia artificial, el uso de agua de las plantas en todo el planeta, la salud intestinal en el espacio, el desarrollo de fármacos más eficiente y la formación de estructuras inorgánicas sin la influencia de la gravedad de la Tierra.

Echa un vistazo a cinco investigaciones dirigidas al espacio en el último reabastecimiento de SpaceX:


Créditos: DLR

A medida que viajamos más al espacio, aumenta la necesidad de inteligencia artificial (IA) dentro de una nave espacial.


Créditos: DLR

Mobile Companion, una investigación de la Agencia Espacial Europea (ESA), explora el uso de la IA como una forma de mitigar el estrés y la carga de trabajo de la tripulación durante vuelos espaciales a largo plazo.


Créditos: DLR

Las plantas regulan su temperatura al liberar agua a través de pequeños poros en sus hojas.

Si tienen suficiente agua, pueden mantener su temperatura, pero si el agua es insuficiente, su temperatura aumenta.

Este aumento de temperatura se puede medir con un sensor en el espacio.


Créditos: NASA / JPL-Caltech

ECOSTRESS mide la temperatura de las plantas y usa esa información para comprender mejor cuánta agua necesitan las plantas y cómo responden al estrés.


Créditos: Universidad de Northwestern

El vuelo espacial tiene un impacto en muchos sistemas corporales. Rodent Research-7 observa cómo el ambiente de microgravedad del espacio afecta a la comunidad de microoganismos en el tracto gastrointestinal o microbiota.

El estudio también evalúa las relaciones entre los cambios del sistema, como la interrupción del ciclo sueño-vigilia y el desequilibrio de poblaciones microbianas, para identificar factores contribuyentes y apoyar el desarrollo de contramedidas para proteger la salud de los astronautas durante misiones a largo plazo, así como para mejorar el tratamiento de trastornos gastrointestinales, inmunes, metabólicos y del sueño en la Tierra.


Créditos: Angiex

Las enfermedades cardiovasculares y el cáncer son las principales causas de muerte en los países desarrollados.

Angiex Cancer Therapy examina si las células endoteliales cultivadas en microgravedad representan un modelo in vitro válido para evaluar los efectos de los agentes dirigidos a vasos sanguíneos normales.

Los resultados pueden crear un sistema modelo para diseñar medicamentos más seguros, dirigidos a la vasculatura de los tumores cancerígenos y ayudar a las compañías farmacéuticas a diseñar medicamentos dirigidos a los vasos más seguros.


Créditos: grupo de química Oliver Steinbock en la Universidad Estatal de Florida

Los Jardines Químicos son estructuras que crecen durante la interacción de soluciones de sales metálicas con silicatos, carbonatos u otros aniones seleccionados.

Sus características de crecimiento y atractivas formas finales se forman a partir de una compleja interacción entre los procesos de difusión de la reacción y la autoorganización.


Créditos: grupo de química Oliver Steinbock en la Universidad Estatal de Florida

En la Tierra, el flujo inducido por la gravedad debido a las diferencias de flotabilidad entre los reactivos complica nuestra comprensión de la física detrás de estos jardines químicos.

La realización de este experimento en un entorno de microgravedad asegura el crecimiento controlado por difusión y permite a los investigadores una mejor evaluación de la iniciación y la evolución de estas estructuras.

Estas investigaciones se unen a cientos de otras que actualmente suceden a bordo del laboratorio orbital.




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Si tienes la oportunidad de ver cómo la estación espacial pasa sobre tu ciudad, echa un vistazo a Spot the Station.

nasa.tumblr.com


viernes, 23 de febrero de 2018

Gota - Una gardenia exotica podria ser la base de un farmaco


María Gabriela Ortega (izq.) y María Daniela Santi, investigadoras del Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal, que depende del CONICET y de la Universidad Nacional de Córdoba

El árbol endémico de unas remotas islas del Pacífico contiene un ingrediente que podría frenar la acumulación de ácido úrico en las articulaciones, según un equipo internacional liderado por investigadoras argentinas.

Compuestos aislados de una bella gardenia endémica de Nueva Caledonia, una colonia francesa del Pacífico ubicada a 12.000 kilómetros de Argentina, podría ser la base de un medicamento para evitar la gota.

Así lo sugiere un trabajo liderado por científicas de la provincia de Córdoba, aunque la investigación todavía se encuentra en fases muy preliminares.

En estudios in-vitro de laboratorio, ciertos compuestos naturales extraídos de la planta (flavonoides) lograron inhibir a una enzima responsable de la formación de ácido úrico, cuyo depósito en las articulaciones desencadena los dolorosos ataques de gota: una artritis inflamatoria que afecta al 1-2% de la población y cuya incidencia crece con el aumento de la expectativa de vida.


Gardenia oudiepe – una bella planta de Nueva Caledonia – contiene compuestos que podrían ser la base de un fármaco para la gota. Créditos: Hervé Vandrot

Si los resultados se confirman en estudios adicionales, “se abre el camino para el desarrollo de tratamientos naturales, seguros y potentes que reemplacen a los medicamentos convencionales y no presenten sus efectos adversos, como hepatitis o lesiones renales”, se esperanzó la directora del estudio, la doctora María Gabriela Ortega, investigadora del Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (IMBIV), que depende del CONICET y de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).

El estudio fue publicado en la revista “European Journal of Medicinal Chemistry” y la primera autora fue María Daniela Santi, becaria postdoctoral del CONICET en la UNC.

En conjunto con colegas de Uruguay y de Francia, las científicas de Córdoba probaron que los compuestos aislados de la planta Gardenia oudiepe tienen la capacidad de bloquear la actividad de la enzima xantina oxidasa (XO), clave para la formación de ácido úrico.

Mediante modelos computacionales, los autores del trabajo también recrearon la manera precisa en que esos compuestos activos interfieren con la acción de la XO.

“Los resultados obtenidos sugieren el posible uso de estos flavonoides para el diseño y desarrollo de nuevos inhibidores de XO”, sostuvo Ortega a la Agencia CyTA-Leloir.



Fórmulas químicas de tres compuestos de la planta con capacidad para inhibir la enzima responsable de la formación de ácido úrico cuyo depósito en las articulaciones 
desencadena los dolorosos ataques de gota.

De todos modos, la también profesora del Departamento de Ciencias Farmacéuticas de la Facultad de Ciencias Químicas de la UNC advirtió que “los siguientes pasos serían evaluar estos compuestos en animales de experimentación y, si todo sale bien, en ensayos clínicos posteriores para comprobar su eficacia y seguridad.”

Del avance también participaron Margoth Paulino Zunini y Brenda Vera, de la Universidad de la República, en Uruguay, Chouaha Bouzidi y Raphael Grougnet, de la Universidad Paris Descartes, en Francia, Vincent Dumontet, del Laboratorio de Plantas Medicinales de Nouméa en el Instituto de Investigación para el Desarrollo, situado en Nueva Caledonia y dependiente del Centro de Investigación Nacional de Francia, y Andrés Abin-Carriquiry, del Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable, en Uruguay.

Agencia CyTA-Fundación Leloir
agenciacyta.org.ar

domingo, 4 de febrero de 2018

Litio - La Argentina da sus primeros pasos para fabricar baterías


Las cuantiosas reservas de litio que subyacen en la Puna pueden convertir a la Argentina en una potencia productora mundial, pero el país todavía está en pañales en cuanto a la industrialización del llamado "mineral del futuro".

Aun así, este proceso conocido como "del salar a la batería" ha comenzado a tomar forma con dos proyectos que demandan US$ 60 millones cada uno y que se pondrán en marcha este año.

El primero de los proyectos es el de Jujuy Litio SA, una empresa surgida de la asociación entre la provincia de Jujuy (con 60% de la participación) y la compañía italiana Ceri (40%).

Se trata de un plan integral, que busca integrar toda la cadena de valor del litio, partiendo desde el carbonato producido por Sales de Jujuy y Exar, dos firmas de las que el gobierno provincial es socio, con 8,5% de participación en cada una.

Juan Carlos Abud, ministro de Desarrollo Económico y Producción de Jujuy y presidente de Jujuy Litio SA, cuenta que primero se va a empezar con el ensamble de baterías de litio, para conocer el mercado.

"En una segunda etapa -relata-, vamos a impulsar la fabricación de material activo y celdas.

La primera de ellas demanda US$60 millones y el proceso completo, US$120 millones".

Jujuy Litio SA se constituyó a fines de diciembre, ahora está terminando el plan de negocios y la pretensión es comenzar a ensamblar en julio de este año.

Para eso, según indica Abud, se va a instalar una planta desde cero, en el Parque Industrial de la ciudad jujeña de Perico, que va a tener una producción inicial equivalente a 212 megavatios (suficientes para proveer de baterías a 220 colectivos).

"Se generarán 60 empleos directos y 240 indirectos", destaca el funcionario.

La idea es impulsar el arranque del plan industrializador con inversión de la provincia, pero con la posterior incorporación de inversiones del sector privado.

"Una vez que esté en marcha la planta, vamos a ir cediendo participación a actores privados (ya hay muchos interesados).

Pensamos abastecer al mercado argentino, a América Latina y también a Europa (principalmente a Italia)", adelanta Abud.

El otro proyecto, que intenta agregar valor al litio que abunda en el país, es el de Litarsa (Litio Argentino Sociedad Anónima).

Su CEO y fundador, Emiliano Guerrero, comenta que en este momento está en negociaciones por unas tierras en el Parque Industrial San Antonio de los Cobres, en Salta.

"De acuerdo a la cantidad y al tipo de baterías que se quieran construir, la inversión demanda entre US$60 y US$120 millones.

Nosotros vamos a invertir US$60 millones", afirma.

La idea, según relata Guerrero, es vender 40% en el mercado interno y el resto exportarlo (a Chile y a Brasil, principalmente).

La batería para automóvil se vende a US$12.000; la batería para la casa, a un precio de entre US$1300 y US$2000, y la de postes de alumbrado público, a US$70 (van siete en cada poste).

Ahora bien, ¿qué tipo de baterías se fabricarán en el país?

En ese punto, algo está claro: la Argentina no está en condiciones de competir hoy en el mercado de baterías de celulares y tabletas.

Porque todas esas plantas ya están instaladas en China, Italia y República Checa, y ya tienen contratos a futuro con los desarrolladores de telefonía celular.

Además, la fabricación de estas baterías requiere una inversión mucho más grande, según precisan los especialistas en el tema.

Entonces, la planta de Jujuy Litio SA y la de Litarsa apuntan a otras tres baterías que están en el mercado: la batería de almacenamiento de energía solar y eólica para una casa (es de muy fácil construcción); la batería para los autos híbridos (es la misma que la batería tradicional, nada más que en lugar de cadmio contiene litio), y la batería que va dentro de los postes de alumbrado público.

Daniel Barraco, director del Laboratorio de Energía Sustentable de la Universidad de Córdoba y coordinador del programa nacional "Del salar a la batería", dice que lo más fácil de hacer es el ensamblado de la batería (algo que, de hecho, ya hicieron las empresas Probatery y Solar, para abastecer computadoras del plan Conectar Igualdad); lo segundo es elaborar toda la celda, y lo tercero es fabricar material activo.

"Yo estoy desde 2012 intentando que se fabriquen baterías en la Argentina", enfatiza Barraco.

Pero las buenas intenciones chocan contra un muro: el mercado de las baterías de litio todavía no está desarrollado en América Latina y el triángulo de oro de la fabricación (China, Corea y Japón) tiene copado por varios años Europa y los Estados Unidos.

A todo esto hay que sumarle que el fabricante de autos eléctricos Tesla se va a autoabastecer con su propia megafábrica, que está construyendo en Reno, Nevada.

"Ante eso, muchos inversores prefieren esperar a que haya mercado para empezar a fabricar.

Con esa mentalidad es imposible comenzar la industrialización", se lamenta Barraco.

Por suerte hay otros inversores que piensan diferente y cuya estrategia es empezar a meterse donde ya hay un nicho, por ejemplo, en las baterías de almacenamiento, cuya producción permite después dar el salto a la fabricación de baterías para autos.

Se especula con que estas últimas se convertirán en pocos años en un boom, ya que en el peor de los escenarios lo que se estima es que para 2026 el precio de un auto eléctrico sea igual al de uno a explosión.

En tanto, en medio de este afán por comenzar con la industrialización del litio, Y-TEC (con un 51% de participación de YPF y 49% del Conicet) quiere sumar valor desde el conocimiento para el desarrollo de la industria de baterías de litio en la Argentina.

Esta empresa trabaja en el desarrollo de nuevos materiales activos de litio para electrodos, con potencial industrial, y el diseño propio de celdas prototipo litio ion.

"Estas investigaciones son muy importantes para lograr baterías de alto rendimiento, mayor vida útil y capacidad de almacenamiento", señalan fuentes de esta compañía.

Para estos fines, Y-TEC cuenta con un laboratorio especializado en la producción de compuestos anódicos y catódicos, y está en proceso de adquisición de una planta piloto para el control de calidad de celdas, según estándares internacionales.

"Además presta servicios de ensayos de celdas y componentes de litio, junto con asesoramiento técnico de alto nivel", agregan desde la empresa.

En cuanto a la factibilidad real de instalar una fábrica de baterías de litio en el país, Bruno Rovagnati, CEO de RG/A Latam y estudioso del sector, opina que hay que diferenciar el tipo de baterías, en especial la de autos y colectivos eléctricos, como los que piensa hacer la automotriz china Dongfeng en José C Paz, o baterías para almacenamiento de energía solar o eólica.

"La integración vertical es fundamental para poder aprovechar todo el valor que trae el litio a la cadena de producción y para poder quebrar el paradigma tradicional argentino de ser solo exportador de commodities. Sin duda, esto traería a la economía mayor valor agregado, trabajo y educación", concluye el ejecutivo.

La mira puesta en agregar valor al mineral

Tipos de baterías

Se apuntará a baterías para almacenar energías renovables, las destinadas a autos híbridos y las de postes de alumbrado público

Inversión necesaria

Se requiere un desembolso de entre US$60 millones y US$120 millones para una fábrica de baterías de litio

Precios

La de autos está a US$12.000; la de almacenamiento de energía renovable, entre US$1300 y US$2000, y la de postes de alumbrado, US$70

Posibles mercados

Se proveerá al mercado interno, pero también se exportará a Chile, Brasil e Italia, principalmente

Por: Carlos Manzoni
La Nacion
Enviado por Kevork Arslanian



jueves, 1 de febrero de 2018

Investigadores diseñan un material para remediar aguas contaminadas con luz solar


Puede degradar residuos de la industria textil, uno de los principales causantes de polución en agua superficial y subterránea.

La contaminación del agua, superficial y también subterránea, es una problemática local y mundial que se incrementa contantemente.

Entre los principales causantes de este fenómeno se encuentran la industria textil, imprentas, curtiembres, pesticidas, agroquímicos y los llamados emergentes que incluyen fármacos.

Un grupo de científicos del Centro de Investigación y Tecnología Química (CITeQ, CONICET-UTN) estudia cómo remediar las aguas contaminadas utilizando la luz del sol, a través de materiales mesoporosos, es decir que tienen poros en su estructura que pueden, a su vez, contener otros elementos.

Recientemente el grupo integrado por Griselda Eimer, Sandra Casuscelli -investigadoras principales del CONICET-, Verónica Elías –investigadora adjunta del CONICET- y Pablo Ochoa Rodríguez -becario doctoral del CONICETlogró sintetizar de manera económica y eficiente un material que que resulta prometedor para su aplicación bajo luz solar, degradando residuos de la industria textil resistentes a los tratamientos tradicionales.

En particular, el grupo pudo crear en laboratorio un material ya conocido, el óxido de titanio, pero a través de un proceso de síntesis que podría absorber luz solar. y generar reacciones químicas que derivan en la degradación y mineralización de los contaminantes adsorbidos en la superficie del óxido.

Además el método de síntesis es más económico que los tradicionales.



El sol como remedio

Los fotocatalizadores son materiales semiconductores que al recibir energía radiante –luz- de determinada frecuencia-, dan lugar a la formación de moléculas portadoras de carga eléctrica que reaccionan con el agua y el oxígeno del medio en el que se encuentran generando especies, llamadas radicalarias.

“Estas poseen un elevado poder oxidante y son capaces de atacar a los contaminantes orgánicos promoviendo su degradación y mineralización, o sea, disminuir la concentración del compuesto orgánico y a su vez convertirlo a dióxido de carbono y agua”, explican los científicos.

El fotocatalizador más ampliamente estudiado es el dióxido de titanio.

Sin embargo, este material tiene algunas limitaciones en cuanto al tratamiento de aguas contaminadas.

“Los principales inconvenientes están asociados a que se activa sólo con radiación UV, por lo que no hace un uso eficiente de la radiación solar, además de la muy baja área específica que pose, que disminuye aún más en suspensión acuosa porque se aglomeran sus partículas”, aseguran los investigadores.

El área específica es la superficie sobre la cual se desarrollan los sitios activos que interactúan con los sustratos, es decir que mientras mayor sea, mayor será la adsorción del contaminante que se pretende degradar.



Dióxido de titanio, pero mejor

Con el objetivo de conseguir un fotocatalizador más eficiente, los científicos estudiaron cómo sintetizar óxido de titanio mesoporoso, con una elevada área específica, en comparación con el comercial.

Para ello analizaron cómo modificarlo a partir de la inclusión de otros elementos que permitan que el material se active con la luz visible –radiación solar-.

En este sentido, desarrollaron dos materiales en base a métodos de síntesis diferentes.

MT1 implica un método convencional que involucra el uso de surfactantes -moléculas que en solución y bajo ciertas condiciones se unen de una manera determinada- y un proceso de calcinación a 450 ºC que permite eliminar este elemento que sirvió de guía para dar estructura al material.

Por su parte, MT2 propone un procedimiento menos tradicional, no involucra el uso de surfactante y se seca a sólo 60 ºC.

Las ventajas del MT2 son múltiples frente a MT1. Su proceso de síntesis es más económico, por usar baja temperatura, tiempos más cortos y no necesitar surfactante ni reactivos adicionales.

Además mejoró su capacidad de absorción de radiacion, ya que se activa con luz visible: en ensayos de laboratorio, al cabo de cinco horas de irradiación, con el MT2 se alcanzó una degradación del 96% del colorante ácido naranja 7 –contaminante generado por la industria textil que no es eliminado por los tratamientos tradicionales- presente en la solución, mientras que con el MT1 sólo se consiguió destruir un 27%.

Esto se debe a que MT2 posee mayor área.

A su vez, la presencia de carbono –que no fue eliminado como consecuencia de no haberse realizado una calcinación a elevadas temperaturas durante la síntesis- garantiza la presencia de radicales en el medio para promover la degradación y, a su vez, posibilita la absorción del material en el rango visible, puesto que actúa como fotosensibilizador.

Los investigadores concluyen que “este es un primer paso para generar una potencial herramienta eficaz, económica y amigable con el medio ambiente para remediar aguas contaminadas como resultado de procesos industriales.

Cuando el material tenga la respuesta óptima a la luz solar, podría utilizarse en una aplicación a mayor escala en el tratamiento de efluentes antes de descargarlos a los cursos de agua y evitar así su contaminación, aprovechando la luz del sol”.

Por Mariela López Cordero – CCT Córdoba
CONICET


martes, 9 de enero de 2018

Enzinas de levaduras vuelven innocuo a un metal cancerigeno



La directora del avance, la doctora Verónica Irazusta, del Instituto de Investigaciones para la Industria Química que depende del CONICET y de la Universidad Nacional de Salta.

Se trata del cromo. Científicas del CONICET, de Salta y de Tucumán estudiaron los mecanismos utilizados por microorganismos aislados a partir de efluentes industriales.

Y ahora esperan usarlos para prevenir o remediar la contaminación de ecosistemas.

Muchos efluentes industriales contienen altos contenidos de cromo, un metal cancerígeno.

Ahora, científicas argentinas identificaron levaduras que podrían volver inocuo a ese material.

“Nuestro estudio abre caminos para el desarrollo de estrategias de biorremediación o limpieza de ecosistemas contaminados”, indicó a la Agencia CyTA-Leloir la directora del avance, la doctora Verónica Irazusta, del Instituto de Investigaciones para la Industria Química (INIQUI) que depende del CONICET y de la Universidad Nacional de Salta (UNSa).

Tal como describe la revista “Ecotoxicology and Environmental Safety”, Irazusta y sus colegas realizaron estudios proteómicos de levaduras aisladas a partir de efluentes de industrias textiles.

Comprobaron que las enzimas de dos de ellas, Cyberlindnera jadinii M9 y Wickerhamomyces anomalus, tienen la capacidad de generar el cambio del cromo cancerígeno (hexavalente) al cromo inocuo (trivalente).

Esas levaduras o sus enzimas podrían servir para descontaminar efluentes que contengan altos niveles de cromo, señalaron las investigadoras.


Del avance también participaron la Dra, Cristina Estévez (izq.), la lic. Anahí Bernal y la Dra. Lucía Inés Castellanos de Figueroa, de la Planta Piloto de Procesos Industriales Microbiológicos, una unidad ejecutora del CONICET con sede en Tucumán.

Otros grupos de investigación también estudian enfoques similares.

Meses atrás, como consignó esta agencia, científicos de la UBA anunciaron el aislamiento de una cepa bacteriana del Riachuelo que también transforma al cromo a una forma inocua.

“Los microorganismos como bacterias, hongos y levaduras son capaces de vivir en ambientes inhóspitos y muchas veces contaminado, gracias a su capacidad de adaptación.

Y esta adaptación puede involucrar la producción de enzimas capaces de reducir [el metal contaminante] a estados menos tóxicos”, explicó Irazusta.

Del avance también participaron Anahí Bernal, Cristina Estévez y Lucía Inés Castellanos de Figueroa, de la Planta Piloto de Procesos Industriales Microbiológicos (PROIMI), una unidad ejecutora del CONICET con sede en Salta.

Del avance también participaron la licenciada Anahí Bernal, y las doctoras Cristina Estévez y Lucía Inés Castellanos de Figueroa, de la Planta Piloto de Procesos Industriales Microbiológicos (PROIMI), una unidad ejecutora del CONICET con sede en Tucumán.

Agencia CyTA-Instituto Leloir